miércoles, 8 de junio de 2011

INDEPENDENCIA DE MEXICO

INDEPENDENCIA DE MEXICO




CONSPIRACIONES DE LA INDEPENDENCIA DE MEXICO
 Las conspiraciones surgieron tan pronto como se supo de la invasión de José Bonaparte. El 15 de septiembre de 1808, Francisco Primo de Verdad, Francisco Azcárate y fray Juan de Talamantes se alzaron contra el virrey José de Iturrigaray y, desconociendo al ayuntamiento de la ciudad de México, propusieron la creación de una junta de Gobierno, semejante a las que funcionaban en España contra el invasor, con la esperanza de que le poder pasara al pueblo, es decir, a los criollos ricos. La relación de los peninsulares no se hizo esperar. Temiendo que la colonia se independizara con ello, se acabara sus privilegios, encarcelaron a los rebeldes. Este acontecimiento demostró a los, criollo que los medios pacíficos serían insuficientes para la lucha; en consecuencia a partir de entonces, empezaron a organizarse y a conspirar.

Esta conspiración tenía conexiones con la de Querétaro, que fue la de mayor tracencendencia porque se encontraba los líderes de la insurrección: Miguel de Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Ignacio Aldama, Juan Aldama, Mariano Abasolo, Mariano Jiménez, entre otros.
 
SENTIMIENTOS DE LA NACIÓN
DE LA NACIÓN

Es un hecho fundador de la nacionalidad y de las instituciones públicas mexicanas, el 13 de septiembre de 1813, el generalísimo José María Morelos y Pavón, instaló en la Catedral de Santa María de la Asunción, de la ciudad de Chilpancingo (hoy de los Bravo, Guerrero), El Primer Congreso de Anáhuac, dictándose las bases del Constitucionalismo Mexicano, en un documento que se denominó "Los Sentimientos de la Nación". El Primer Congreso de Anáhuac instalado por el Siervo de la Nación, en esta ciudad capital, se integró por seis Diputados que fueron: Ignacio López Rayón por la provincia de Nueva Galicia; José Sixto Verduzco por la provincia de Michoacán; José María Liceaga por la provincia de Guanajuato; Andrés Quintana Roo por la provincia de Puebla; Carlos María Bustamante por la provincia de México; José María Cos por la provincia de Veracruz; Cornelio Ortíz Zárate por la provincia de Tlaxcala y como Secretario Carlos Enríquez del Castillo. A este grupo se integraron Don José María Murguía por la provincia de Oaxaca y José Manuel Herrera por la provincia de Tecpan, quienes por primera ocasión en la Nueva Nación establecieron la radicación de la Soberanía Popular.
En "Los Sentimientos de la Nación", se establecieron principios que han sido a lo largo de los años el eje fundamental en torno al cual ha girado el avance de la Nación Mexicana en su lucha por implantar un Gobierno de Leyes.


La consumación de la Independencia de Mexico

La consumación de la Independencia de México tuvo lugar el 27 de septiembre de 1821, aunque se venía gestando desde mucho tiempo atrás.
En 1820 el coronel español Rafael del Riego se levantó en armas para obligar a Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz, suprimida por el rey en 1814. En Nueva España los clérigos y acaudalados vieron en la Carta Magna, jurada en Veracruz el 26 de mayo de 1820, un obstáculo para sus privilegios, así que decidieron promover la independencia. Un grupo de prominentes aristócratas dirigidos por Matías de Monteagudo se reunían en juntas secretas conocidas como Conspiración de la Profesa, por llamarse así el templo. Con la anuencia del virrey Juan Ruiz de Apodaca, los conspirados consiguieron que Agustín de Iturbide fuera nombrado general en jefe del Ejército del Sur, con el encargo de acabar con Vicente Guerrero y Pedro Ascencio.
Guerrero era el único jefe insurgente que realmente permanecía activo desde la muerte de Francisco Javier Mina en 1817. Intentó convencer a los jefes realistas José Gabriel de Armijo y Carlos Moyá para formar un ejército libertador que depusiera a Apodaca para en su lugar nombrar a un virrey conciliador con el que fuera posible consumar la independencia, pero ambos se negaron.
Iturbide relegó a Armijo en noviembre de 1820 y luego de varias derrotas comprendió que por la vía de las armas sería imposible vencer a Guerrero, por lo que le planteó la idea de unir fuerzas para establecer una nación independiente encabezada por Fernando VII u otro miembro de la realeza europea. El pacto entre ambos jefes se llevó a cabo el 10 de marzo de 1821 con el evento conocido como Abrazo de Acatempan. El 24 de febrero de ese año Iturbide dio a conocer el Plan de Iguala, con el que constituía el Ejército Trigarante, cuyas garantías eran independencia, religión y unión.
Durante poco más de seis meses el Ejército Trigarante recorrió el virreinato promoviendo sus ideales. Entre las escasas acciones bélicas de ese periodo se encuentran la toma de Oaxaca, el 20 de julio de 1821 a manos de Antonio de León y Loyola, y la última batalla de la guerra, librada en Azcapotzalco. Iturbide dividió el país en zonas militares: la centro occidental, dirigida por Guerrero, Anastasio Bustamante y Pedro Celestino Negrete; la oriental, comandada por Nicolás Bravo y Antonio López de Santa Anna y la sur, bajo el mando de Antonio de León.
Apodaca fue depuesto por los militares de la Ciudad de México, quienes en su lugar nombraron a Francisco Novella. Las Cortes en España también decidieron remover a Apodaca, pero su sustituto designado fue el masón liberal Juan O'Donojú, con quien Iturbide pudo llegar a un acuerdo con los Tratados de Córdoba.
Finalmente, el 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entró a la Ciudad de México, después de 11 años y 11 días de lucha y más de tres siglos de dominio español.

Plan de Iguala

Plan proclamado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero el 24 de febrero del año 1821 en la ciudad de Iguala de la Independencia, en el cual se declaraba por primera vez la independencia de México.
Sus tres principios fundamentales fueron:
  • Establecer la Independencia de México de parte de España.
  • Establecer la Religión Católica como única.
  • Establecer la Unión de los ejércitos que luchaban en la guerra de Independencia: los realistas (españoles) comandados por Iturbide y los insurgentes (mexicanos), con Vicente Guerrero al frente.
Más tarde, estos tres principios (Religión, Independencia y Unión) se convertirían en las Tres Garantías que promovía el ejército que sustentaría al gobierno, al que, por la misma causa, se le llamó Ejército Trigarante.
Según este plan, el gobierno que adoptaría México como nación independiente sería el de una monarquía moderada, cuya corona sería otorgada a Fernando VII (miembro de la Casa de los Borbones), o en su defecto, algún otro príncipe europeo.
El plan suprimía, además, las distinciones étnicas entre los habitantes de la hasta entonces Nueva España; declaraba la igualdad de todos los individuos y, por lo tanto, en adelante todos tendrían los mismos derechos.
Para gobernar al nuevo país en lo que llegaba un príncipe a ocupar la corona, el plan proponía la creación de una "Junta Gubernativa" y, posteriormente, una Regencia que se encargaría de gobernar en lo que se elegía al nuevo emperador. Además convocaría a Cortes para elaborar una Constitución.
Finalmente, exhortaba a los insurgentes a incorporarse al ya mencionado Ejército Trigarante, cuyo líder sería Agustín de Iturbide.

Constitución de Apatzingán 


A la muerte de don Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón convocó a un Congreso Constituyente que dotara a nuestro país de un documento fundamental. Este fue promulgado el 22 de octubre de 1814.

Con la captura y fusilamiento del iniciador del movimiento de independencia de la Nueva España, el cura Miguel Hidalgo y Costilla, parecía que acabaría la insurrección en contra del imperio español. Mas no fue así, porque otro cura, José María Morelos y Pavón, no sólo continuó la lucha, sino que realizó una intensa labor para reunir y organizar a todos los demás caudillos independentistas, cuyo poder e influencia eran meramente locales.
Esta situación, en vez de ayudar a la causa, en la mayoría de las ocasiones se convertía en un obstáculo para lograr el propósito libertario.
A la par de la campaña armada que llevó a cabo contra las tropas leales al rey de España, Morelos convocó, en 1813, a un Congreso Constituyente que dotara al naciente Estado del instrumento fundamental que guiara su actuación y la vida de la sociedad. Dicha reunión de los representantes de lo que llegaría a ser una nación independiente inició sus trabajos en la ciudad de Chilpancingo.
Las autoridades realistas no tenían punto de descanso en el combate contra las tropas independentistas, por lo que se planteaba la necesidad de que el Congreso Constituyente se convirtiera en una asamblea prácticamente nómada, en la medida en que debía trabajar eludiendo a las tropas realistas, siendo su única protección una pequeña guardia del ejército insurgente.
Crean la Constitución de Apatzingán
De esa manera, el Congreso Constituyente tomó asiento en varias ciudades de Michoacán y el 22 de octubre de 1814 fue promulgado, en la ciudad de Apatzingán, el "Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana", decreto que es conocido como la Constitución de Apatzingán.
En la elaboración del texto de esa constitución intervinieron hombres como Andrés Quintana Roo, Carlos María de Bustamante, Ignacio López Rayón y el propio José María Morelos, entre otros.
La Constitución de Apatzingán está  dividida en dos partes. En la primera, que es la parte dogmática, se establece en el primer artículo que la religión católica, apostólica y romana es la única que se debe profesar en el Estado; siguiéndole lo relativo a la soberanía, los ciudadanos, la ley, los derechos del hombre y las obligaciones de los ciudadanos. En pocas palabras, dicho documento plasmaba los fundamentos de cómo los congresistas querían que fuera el nuevo país: católico, nacionalista, republicano y liberal.
En esta parte de la constitución se establece de manera clara que la soberanía radica en el pueblo, a través de sus representantes, los diputados elegidos por los ciudadanos; pero no podría existir verdadera soberanía si cada uno de los habitantes no tiene asegurados sus derechos fundamentales de propiedad, inviolabilidad de su domicilio, trabajo y educación.
La segunda parte de la Constitución de Apatzingán trata de la forma de gobierno, en la que se reglamenta la organización y las funciones de cada uno de los poderes, que serían tres: el Supremo Congreso (Poder Legislativo), el Supremo Gobierno (Poder Ejecutivo) y, el Supremo Tribunal de Justicia (Poder Judicial). Cada uno de los tres poderes serían independientes uno de otro, pero en conjunto serían la forma más elevada del ejercicio del poder político, reservando cierta supremacía sobre los otros poderes para el Supremo Congreso, puesto que era él quien debía ejercer los derechos de nombrar a los miembros de los otros poderes y a que en él se depositaba la representación de la voluntad ciudadana.
El Supremo Gobierno, es decir el Poder Ejecutivo, quedaba en manos de tres personas, que tendrían iguales autoridad y atribuciones; mismas que ejercerían el gobierno de manera alternativa, por cuatrimestres. Sus facultades más directas, además de las de carácter ejecutivo y administrativo, eran asegurar la protección de los derechos del ciudadano: libertad, propiedad, igualdad y seguridad. Este Supremo Gobierno sería ejercido por José María Cos, José María Liceaga y el propio José María Morelos.
Sin embargo, la Constitución de Apatzingán no entró realmente en vigor. Casi un año después de que fuera promulgada, su inspirador, José María Morelos y Pavón fue hecho prisionero y poco después murió fusilado. De manera momentánea, las tropas realistas volvieron a tener el control de la mayor parte del país, aunque finalmente, no pudieron impedir que la independencia de la América mexicana llegara a consumarse.


CONSTITUCION DE 1824
 La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824 entró en vigor el 4 de octubre de 1824, después del derrocamiento del Primer Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide. En la nueva Constitución, la república tomaba el nombre de Estados Unidos Mexicanos, y era definida como una república federal representativa, con el catolicismo como religión oficial.
La Constitución de 1824 estaba conformada por 7 títulos y 171 artículos, fue basada en la Constitución de Cádiz para las cuestiones americanas, en la Constitución de los Estados Unidos para la fórmula de representación y organización federal, y en el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana de 1814, la cual abolía la figura monárquica. Se implantó el sistema de federalismo en una república representativa popular, la cual estaba integrada por diecinueve estados, cuatro territorios dependientes del centro y el distrito federal. La constitución de 1824 no contempló expresamente los derechos ciudadanos. El derecho de igualdad de los ciudadanos quedó restringido por la permanencia del fuero militar y eclesiástico. Los artículos más relevantes fueron:
1. La nación mexicana es soberana y libre del gobierno español y de cualquier otra nación.
2. La religión de la nación es la Católica Apostólica y Romana, es protegida por las leyes y se prohíbe cualquier otra.
4. La nación mexicana adopta un gobierno de forma de república representativa popular federal.
6. El Supremo poder de la federación se divide en Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial.
7. El Poder Legislativo es depositado en un Congreso constituido por dos cámaras, una de diputados y otra de senadores.
50. Libertad política de imprenta en la federación y en los estados (apartado 1).
74. El Poder Ejecutivo reside en una persona denominada presidente de los Estados Unidos mexicanos.
75. Se establece la figura del vicepresidente, quien en caso de imposibilidad física o moral del presidente, ejercerá las facultades y prerrogativas del mismo.
95. El período del presidente y vicepresidente será de cuatro años.
123. El Poder Judicial reside en una Corte Suprema de Justicia, en los Tribunales de Circuito y en los Juzgados de Distrito.
124. La Corte Suprema se compone de once ministros distribuidos en tres salas y un fiscal.
157. El gobierno individual de los estados se conforma por tres poderes.
Aunque no estaba estipulado en la constitución, la esclavitud estaba prohibida en la Republica. Miguel Hidalgo promulgo la abolición de la esclavitud en Guadalajara el 6 de diciembre de 1810. El presidente Guadalupe Victoria también declaro la abolición de la esclavitud, pero fue el presidente Vicente Guerrero expidió el decreto de Abolición de la Esclavitud el 15 de septiembre de 1829.
  1. Queda abolida la esclavitud en la República
  2. Son por consiguiente libres los que hasta hoy se hubieren considerado como esclavos
  3. Cuando las circunstancias del erario lo permitan, se indemnizará a los propietarios de esclavos, en los términos que dispusieran las leyes
 CENTRALISTA Y FEDERALISTA

los intereses de federalistas y centralistas
A la muerte de Guerrero, Juan Álvarez fue el heredero político. Desde La Providencia comenzó a dirigir a los seguidores del presidente sacrificado en 1831. Se unieron en torno a Álvarez otros caciques menores y jefes militares, entre ellos el general Isidro Montes de Oca.
Poco a poco se fueron delineando dos grupos antagónicos en la región: el de Álvarez, liberal y federalista, y el de Bravo, conservador y centralista. El principal tema de discusión postindependentista, entre federalistas y centralistas, se extendió por el territorio nacional. El caso de la provincia de Tecpan ejemplifica lo que sucedía en el resto del país. Algunos historiadores piensan que la postura ideológica de Álvarez correspondía a intereses personales, ya que el federalismo favorecía la autonomía en su cacicazgo de la Costa Grande.
Juan Álvarez era muy estimado por sus coterráneos; lo admiraban por haber sido soldado de Morelos y lo respetaban como compañero de Guerrero. Y, por si fuera poco, poseía las mejores tierras y el mejor ganado de la región. La grandeza del cacique sureño fue reconocida cuando, a iniciativa del Congreso local, fue declarado "benemérito del Estado". En el año de 1852, la legislatura aprobó la iniciativa para acreditar a Atoyac y Coyuca como ciudades y añadírseles, respectivamente, "de Álvarez" y "de Benítez", por ser pueblos natales de don Juan y su esposa.
Semblanza de la "Pantera del Sur"
Juan Álvarez poseía un carisma especial que le permitía granjearse el respeto de la gente y hacerse obedecer. Se ganó el apodo de la "Pantera del Sur" por la fiereza con que luchó por los intereses de la región. El historiador Lorenzo de Zavala nos ha transmitido una semblanza de este cacique:
"Pocos hombres han reunido en tanto grado el valor y la perseverancia, a una constante oposición al gobierno. Álvarez es un hombre astuto, reflexivo y capaz de dirigir masas de hombres organizados... Su aspecto es serio, su marcha pausada, su discurso frío y desaliñado. Pero se descubre siempre bajo aquel exterior lánguido una alma de hierro y una penetración poco común. Su escuela en la milicia ha sido el campo de batalla en donde ha hecho la guerra siempre contra los españoles, y sus lecciones fueron la experiencia de veinte años de combates...".
GUERRA DE REFORMA
 
La Guerra de Reforma de México, conocida también como Guerra de los Tres Años, ocurrió del 17 de diciembre de 1857 hasta el 1 de enero de 1861. Este conflicto armado consistió en el enfrentamiento entre liberales y conservadores; la situación era tan tensa que se llegó a impedir el respeto a los artículos constitucionales relativos a las garantías individuales mientras continuase la inestabilidad del país. Culminando cuando el general conservador Félix Zuloaga dio a conocer el Plan de Tacubaya. Este plan exigía la abrogación de la Constitución de 1857, la permanencia de Ignacio Comonfort en la presidencia y a convocar un Congreso extraordinario. Dicho Congreso se encargaría de redactar otra Constitución, que según los conservadores “garantizara los verdaderos intereses del pueblo”.

Ignacio Comonfort, Presidente electo, se adhirió al Plan de Tacubaya mientras Benito Juárez, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, defendió la Constitución vigente y se negó a colaborar con los conservadores; por lo cual Comonfort ordenó que se arrestara y mantuviera en prisión.

Este conflicto entre las autoridades permeó a todas las esferas de la sociedad, causando una profunda polarización. Por un lado, los moderados se unieron a los liberales defendiendo su ideal de acotar el poder económico y político de la Iglesia Católica. El gobierno llegó a tener dos sedes paralelas, el conservador en la Ciudad de México y el liberal en Veracruz.

El fin de la guerra le concedió el triunfo a los liberales y el Presidente Benito Juárez instauró su gobierno en la Ciudad de México. El Congreso Constituyente elaboró una nueva constitución y se realizaron elecciones para poderes federales y estatales. Las legislaturas estatales configuraron las constituciones de cada estado de acuerdo con la Constitución nacional. El primer Congreso Constitucional trabajó bajo estos principios a partir de 1857.

Cada estado de la República decidió su postura, dividiendo al país en dos: los que apoyaban al Plan de Tacubaya y los que defendían el orden constitucional. Comonfort se negó a las exigencias de los conservadores, quienes lo presionaba para derogar las reformas liberales. El presidente prefirió promover una reconciliación con el ala liberal, comenzando por liberar de prisión a Juárez y luego librando enfrentamientos armados contra los conservadores. Los resultados de su fallida resistencia lo llevaron a renunciar a la lucha y decidió abandonar el país, ahora inmerso en una guerra civil.
De esta guerra surgieron dos gobiernos, uno encabezado por Benito Juárez defendiendo el orden constitucional y otro por Félix Zuloaga, optando por su destrucción.

Juárez reaccionó con leyes que modificaron sustancialmente e iniciaron una nueva era en la vida política, económica y cultural del país. Estas leyes fueron finalmente decretadas en Veracruz, conocidas como Leyes de Reforma. Éstas establecieron la separación de la Iglesia y el Estado. En 1859 promulgó la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos; la Ley del Matrimonio Civil; la Ley Orgánica del Registro Civil; la Ley sobre el Estado Civil de las Personas y el decreto que cesó toda intervención del clero en cementerios y camposantos. También reglamentó los días festivos y prohibió la asistencia oficial a las funciones de la Iglesia. En 1860 expidió la Ley sobre Libertad de Cultos.

El hecho que determinó el resultado de la contienda y puso fin a esta guerra civil sucedió en 1859, cuando el gobierno de Washington reconoció al de Juárez y lo apoyó con grandes recursos materiales y económicos. El 1 de enero de 1861, Juárez entró triunfalmente a la capital del país.

Aunque las luchas entre conservadores y liberales no llegaron a su fin con la victoria de Benito Juárez, la denominada guerra de Reforma terminó con la llegada al poder de éste, quien fue elegido presidente de la República en junio de 1861.

PERDIDA DE TERRITORIO MEXICANO

El Tratado de Guadalupe Hidalgo (en inglés: Treaty of Guadalupe Hidalgo), oficialmente llamado Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, fue firmado al final de la Guerra de Intervención Estadounidense por los gobiernos de México y los Estados Unidos el 2 de febrero de 1848, y fue ratificado el 30 de mayo de 1848. El tratado estableció que México cedería más de la mitad de su territorio, que comprende la totalidad de lo que hoy son los estados de California, Nevada, Utah, Nuevo México y Texas, y partes de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. Además, México renunciaría a todo reclamo sobre Texas y la frontera internacional se establecería en el Río Bravo. Como compensación, los Estados Unidos pagarían 15 millones de dólares por daños al territorio mexicano durante la guerra, unos 313,46 millones de dólares del año 2006.
Entre los notables aspectos del tratado, se encuentran los siguientes: se estableció al Río Bravo del Norte o Río Grande como la línea divisoria entre Texas y México, y se estipuló la protección de los derechos civiles y de propiedad de los mexicanos que permanecieron en el nuevo territorio estadounidense. Asimismo, Estados Unidos aceptó patrullar su lado de la frontera y los dos países aceptaron dirimir futuras disputas bajo arbitraje obligatorio. Sin embargo, cuando el Senado estadounidense ratificó el tratado, eliminó el Artículo 10, el cual garantizaba la protección de las concesiones de tierras dadas a los mexicanos por los gobiernos de España y de México. También debilitó el Artículo 9, el cual garantizaba los derechos de ciudadanía de los mismos.

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